Una almohadilla eléctrica es un elemento de uso muy común, especialmente tras sufrir un accidente o cualquier problema que se manifieste con dolores musculares o en las articulaciones. Se usa comúnmente en personas mayores, aunque también es normal su uso para aliviar, por ejemplo, los dolores producidos por la menstruación. Al igual que el frío hace que los vasos sanguíneos se contraigan, el calor provoca que estos se dilaten, favoreciendo que la sangre acuda al tejido dañado o problemático que queremos reparar.

Se trata de una manta o almohadilla textil, que emite calor cuando lo conectamos a la red eléctrica mediante un enchufe normal. Cuentan con una protección contra el sobrecalentamiento, por lo que no deberás preocuparte por posibles accidentes.

Su versión más tradicional es la de la bolsa de agua caliente, pero gracias al desarrollo de la tecnología ahora podemos disfrutar de almohadillas eléctricas de muy sencillo uso. Con tan sólo enchufarlas a la red eléctrica y encenderlas podremos usarlas, sin complicaciones extra.